Febo Campo Traviesa

Febo Campo Traviesa
Febo Campo Traviesa (F: G L)

domingo, 28 de agosto de 2011

No somos libres sin enemigos

Desde que tenemos historia venimos luchando por nuestra libertad. Al principio luchamos contra las amenazas de la naturaleza hostil. Luego nos multiplicamos sobre la faz de la Tierra y el mundo se pobló de infieles a los que hubo que combatir. Miles de años después, cuando las manos laicas conocieron la abundancia y el poder, luchamos por la libertad de los pueblos. Así dimos luz al Novus Ordo Seclorum y a todo lo que ello representa.
Los enemigos del nuevo orden no tardaron en aparecer. Los proletarios. Ellos no poseían nada y no podían pertenecer al régimen. El fantasma del comunismo justificó cualquier cosa: guerra, terror, cortinas de hierro.
Sin embargo, hemos librado un combate de adentro hacia afuera. Primero se ungió con bienes a la clase obrera: que tengan su dinero, sus autos, sus muebles. Que se endeuden lo más posible. Luego trajimos la revolución de las telecomunicaciones. Estamos todos conectados. ¿Quién no quiere estar conectado? Nadie quiso quedar afuera. Y todos nos integramos al régimen.
Un momento.
¿No sienten que algo está terriblemente mal?
Muchos de nosotros seguimos sintiendo la opresión. Algunos sufrimos la guerra mientras el poder político agita fantasmas inverosímiles y el poder económico se ocupa de depredar nuestros recursos. Otros pocos seguimos en guerra por cuestiones de fe, como hace unos tres mil años.
Pero yo estoy lejos de eso. Vivo en el mismo mundo y, como les dije antes, estamos conectados; pero es tanta la información que me cuesta ver las cosas claramente.
A veces leo u oigo decir que existen cosas más o menos abstractas aquí y allá que conspiran contra nosotros: el despotismo, la inflación, la inseguridad, las corporaciones, los enemigos de la libertad. A mí me cuesta mucho creer que tales cosas existan.
Igual algo anda mal. Porque salgo a la calle y muchas veces levantan muros delante de mí. Muros muy altos con alambres de púas electrificados, reflectores y francotiradores apostados en torres. A veces estoy arriba de esas paredes, con un rifle en la mano. Somos nosotros.
La libertad necesita enemigos tangibles para que podamos luchar por ella. Ojalá algún día podamos comprender que podemos vivir y hacer sin luchar.
También puede ser que nos invadan los marcianos y olvidemos nuestra propia miseria.